miércoles, 15 de diciembre de 2010

lunes, 6 de diciembre de 2010

lunes, 29 de noviembre de 2010

domingo, 21 de noviembre de 2010

lo que matías sabe...

Tantos siglos se ha hablado sobre esto. Tantos astrónomos han querido dar sus teorías. Tantos durante mucho tiempo se han pasado horas mirando al cielo. Veían y se sorprendían de los cambios de la luna. A veces grande, a veces pequeña. Dicen que los hombres se pasaban noches enteras mirando con sus raros y estrafalarios aparatos como la luna, noche tras noche, decidía cambiarse de forma. Y los hombres, curiosos como siempre, se preguntaban por qué cambiaba, hasta que un día cualquiera, alguien dijo que si la luna cambiaba su forma era por la sombra de la tierra. ¿Por la sombra de la tierra? –se preguntaron todos-. Si, dijo este humilde hombre. Por la sombra de la tierra.
Pero claro, en realidad yo siempre tuve mis dudas. Bueno, casi siempre porque un día, no sé qué día exactamente, cuando yo era aún muy pequeño y miraba como esos hombres curiosos a la luna cambiar de forma, mi padre vino y me contó la verdad. Así que ahora les cuento lo que yo sé: “Noche tras noche, cientos de pequeñas navecitas de muchos colores con marcianitos abordo, se acercan hasta la luna para darle de comer y por eso se pone tan, pero tan, gorda que pareciera que no entra en el cielo. Y bueno, cuando  veas a la luna pequeña, es porque los marcianitos quizás fueron a alimentar a otras lunas y se olvidaron de esta por un tiempito, pero no te preocupes que ya volverán y verás a la luna crecer nuevamente. Ah y otra cosa, cuando quieras ver que esto es cierto, fijate muy bien porque en las noches claras podrás ver a las navecitas acercarse una y otra vez para darle de comer a esta luna blanca y preciosa.

Matías Nahuel Ferreyra


lunes, 15 de noviembre de 2010

la invitación...

 " La luna no obliga a que el sol brille en la noche, sólo lo invita y él lentamente llega... "



Bett.



lunes, 1 de noviembre de 2010

lunes, 25 de octubre de 2010

lunes, 18 de octubre de 2010

miércoles, 13 de octubre de 2010

viernes, 8 de octubre de 2010

el viaje

Una noche más bien oscura de otoño, unos 130 años atrás, yo también me di el gusto de atrapar a la luna, que estaba escondida detrás de unas nubes grandes y mojadas. La atrapé con mis boleadoras, como se atrapa a un guanaco o a un ñandú, como me enseñó a hacerlo mi tío abuelo Juan Moreira, que en paz descanse el pobre viejo, cuando yo era apenas un mocosito (que no se me veía en el suelo de tan chiquito que era). Le dije a la luna, mirándola directamente a los ojos para que supiera que el asunto iba en serio, que me llevara a dar una vuelta por el campo y que luego la soltaría para que siguiera con sus cosas. Pasamos flotando sobre los toldos y los ranchos de Inodoro Pereyra, del cacique Patoruzú, de la Chacha, de Ñancul, de Patoruzito, de Martín Fierro, del sargento Cruz, del Viejo Vizcacha, de Don Segundo Sombra, de Santos Vega, de Hormiga Negra y de Lindor Covas, el cimarrón. Cuando estaba amaneciendo y fiel a mi palabra de gaucho, dejé libre a la luna (al borde de una charca con sapos, grillos y mosquitos) y regresé caminando hacia los brazos de mi china, de mi cielo, de mi vida, de mi amor.

carlos alberto arellano

maquiduende
deluganoalaluna

martes, 5 de octubre de 2010

viernes, 1 de octubre de 2010

lunes, 27 de septiembre de 2010

miércoles, 22 de septiembre de 2010

viernes, 10 de septiembre de 2010

la nave de aldo...

gracias a esmeralda y a Aillen
esta semana hay seguro un vuelo diario a la luna...



autor: aldo bianchi

cola de cochino
deluganoalaluna

sábado, 4 de septiembre de 2010

miércoles, 1 de septiembre de 2010

domingo, 29 de agosto de 2010

jueves, 26 de agosto de 2010

lunes, 23 de agosto de 2010

sobre la influencia de la luna (III)

CACHORROS Y MIELES DE LUNA (los amores, en la Luna, no terminan)

Así compuesta la familia sale a lunear por otras lunas. Los cachorros saltan a Pan, después a Pandora y así recorren las dieciocho Lunas de Saturno. Quedaron alucinados después de conocer la famosa Luna de Valencia y se hicieron íntimos amigos del Pez Luna. Rayen cocina usando recetas de la dieta de la Luna que consiste en comer Resplandor de Luna.
Cualquier lunes se termina la fiesta y tendrán que regresar a
la Tierra. Sueñan con vivir en el Valle de la Luna.

Por ahora flotan, vuelan, cambian formas y colores en la Luna que es una especie de aspiradora inspiradora del amor. Los poetas y los enamorados lo saben, por eso la miran deslumbrados. No los atormenta la miel que chorrea, los aullidos, ladridos o los perros lunáticos voladores, porque un enamorado y un poeta han aprobado todas las

fases de la materia Luna.





texto: Tihada
video: vientoenprosa


cuentosdetihada
vientoenprosa
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jueves, 19 de agosto de 2010

sobre la influencia de la luna (II)

CACHORROS Y MIELES DE LUNA (el amor nace en cualquier parte)



Al más apresurado lo bautizaron Alunizado, nació en pleno alunizaje y aterrizó de trompa en un cráter que despedía miel al espacio.


El segundo nació en la Luna, de ahí que sus ojos, orejas, y patas eran lunares color miel, por eso lo llamaron Lunarejo. Una belleza que le gustaban las caricias porque era muy pegote. Al tercero lo nombraron Alunado. Antes de abrir un ojo le mordió la pata lunar a su hermano y se relamió con tanta miel.
– ¡Este hijo nues
tro tiene una luna! –dijo Rayen. – Grrr guau guau luna guau luna- contestó Sixto, que como buen políglota aprendió rápidamente el lenguaje perrunolunar.

El cuarto cachorro respondía al nombre de Lunático. Mostraba los dientes y le salía fuego lunar por la boca si no le daban la teta cuando tenía hambre.

Lunada se llamó a la perrita que tenía el cuerpo en forma de media luna. Una dulce y simpática cachorra que hacía esfuerzos por mantenerse en ese estado de mitad que espera otra mitad para completarse.

Lunanco, como su designación lo indica, nació con un anca más alta que la otra, característica que lo hizo exótico y atractivo.

Finalmente al séptimo perrito le cayó en la cabeza un destino de leyenda y tenía el deber de transformarse en lobo las noches de Luna Llena. Hermoso por enigmático, pero sus padres no le dieron el nombre que merecía a una leyenda viva, Pelolu (perro-lobo-luna) fue el apodo que le quitó fuerzas al benjamín y como era muy perezoso se convertía en oso de peluche.

Los cachorros crecen, la Luna los espera y tal vez descubran la Tierra y vengan a visitarla. Si quieren verlos van a andar por acá, por Lugano.


texto: Thiada

plástica: vientoenprosa


cuentosdethiada

vientoenprosa

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martes, 17 de agosto de 2010

la influencia de la luna...(I)

CACHORROS DE PURA LUNA

Rayen y Sixto mueven sus colas

es que su boda pasó a la gloria

y ahora que están de moda

delalunalugano y deluganoalaluna

para las fotos se acomodan

por capítulos cuentan la historia

de sus cachorros que son de cuna

de cuna cuna de pura Luna




CACHORROS Y MIELES DE LUNA (lanzamiento del amor)

Sixto el día que conoció a Rayen cambió los gruñidos por ruegos a la Luna. En su lenguaje perruno se hizo entender y finalmente en Cuarto Creciente, cuando Rayen presenta su aspecto de pelo enrulado color plata, se animó a cantarle su amor. Los acordes de “Luna Tucumana” unieron los pagos de Bolívar (el terruño de Rayen) y Olavarría (el paisito de Sixto). En la historia de nuestro folclore ningún humano-perro-ave ha podido resistirse a esta letra campera:
“Yo no le canto a
la Luna porque alumbra y nada más, le canto porque ella sabe de mi largo caminar…”
Rayen y Sixto danzaron la zamba tan acaramelados que de sus orejas salieron chorros de miel, así que decidieron emprender el tradicional viaje a
la Luna de Miel.
Partieron en un viejo colectivo que, acostumbrado a los caminos campestres que unen Bolívar-Olavarría, paró en todas las estrellas, cometas, nubes, pájaro charlatán y lo que se cruzara en el camino.
Un viaje tan largo invitó a bailar much
as zambas, chacareras, malambos y hasta un minué. Cuando estaban por llegar habían pasado tres Lunas y los cachorritos ansiosos por nacer. Siete llegaron al mundo (para ser más precisos a la Luna).





¿Querés conocer a los cachorros? A la Luna tendrás que viajar o regresar por acá.

autor: thiada
plástica: vientoenprosa

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